1. MATRIMONIO:El anillo es un símbolo que se utiliza en la celebración de una boda. Simboliza el compromiso entre los novios. También recibe el nombre de Alianza.
El anillo matrimonial se coloca tradicionalmente en la mano izquierda, en el dedo anular, por la creencia antigua de que la vena de ese dedo llega directamente hacia el corazón. Luego esta costumbre fue adoptada por los romanos y cristianos, hasta que pasó a formar parte de la ceremonia del matrimonio.
2.EUCARISTIA:Esta palabra recuerda las bendiciones judías que proclaman las obras de Dios: la creación, la redención, la santificación. (cfr. Lc. 22,19; 1 Co 11,24; Mt 26,26; Mc 14,22).
3.ORDEN SAGRADA:
Es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio apostólico. Está instituido para anunciar la Palabra de Dios y para restablecer la comunión con Dios mediante los sacrificios y la oración, quien recibe este sacramento es el mediador entre el Señor y los hombres, y transmite a éstos sus enseñanzas cuando se reúnen todos juntos en la oración al Padre.
4:BAUTISMO:El Bautismo, por ser un sacramento de iniciación, tiene unos efectos de regeneración e incorporación muy especiales:
"Al bautizado le son perdonados los pecados y recibe una vida nueva, se une a la muerte y resurrección de Jesucristo, participa de su misión sacerdotal, profética y real y es incorporado a la Iglesia"
5:CONFIRMACIÓN:El Concilio Vaticano II dice: "por el sacramento de la Confirmación se vinculan (los cristianos) más estrechamente a la Iglesia, se enriquecen con una fuerza especial del Espíritu Santo y con ello quedan obligados más estrictamente a difundir y defender la fe como verdaderos testigos de Cristo, por la palabra juntamente con las obras" (Lumen Gentium, 11)
6:UNCION DE LOS ENFERMOS:El Sacramento de la Unción de Enfermos confiere al cristiano una gracia especial para enfrentar las dificultades propias de una enfermedad grave o vejez. Se le conoce también como el "sagra viático", porque es el recurso, el "refrigerio" que lleva el cristiano para poder sobrellevar con fortaleza y en estado de gracia un momento de tránsito, especialmente el tránsito a la Casa del Padre a través de la muerte.
Lo escencial del sacramento consiste en ungir la frente y las manos del enfermo acompañada de una oración litúrgica realizada por el sacerdote o el obispos, únicos ministros que pueden administrar este sacramento.
7:RECONCILIACIÓN:Los cristianos estamos llamados a la santidad; para ello hay que vivir en gracia de Dios; pero podemos perder la gracia bautismal por el pecado mortal, que mata la vida sobrenatural del alma y rompe la amistad y la comunión con Dios. El pecado, como explica el Papa Juan Pablo II, es un acto suicida, porque ante todo, el hombre se daña a sí mismo, destruyendo toda obra buena.
El Señor Jesús ha instituido el sacramento de la penitencia, que se llama también y muy adecuadamente "Sacramento de la Reconciliación" o Confesión, para perdonar los pecados cometidos después del Bautismo y abrirnos así la puerta a la reconciliación con Dios
La Cuaresma es tiempo de "conversión", en el que los cristianos buscamos que se opere ese cambio en nosotros.
Conversión es cambio de mentalidad, de dirección. La conversión quiere que nuestra mentalidad mundana, lejana del Evangelio, se convierta en mentalidad cristiana. Que nuestros caminos de pecado se dirijan ahora por los caminos de la gracia y llevemos una vida según el Espíritu. Que donde reinaba el egoísmo, cerrando las puertas a Dios y al prójimo, surja el amor que nos abra a Dios y a los hermanos. En resumen: un cambio, una nueva dirección de vida.
A este proceso de conversión, en este tiempo nos ayudan las prácticas penitenciales que son importantísimas.
El ayuno, la abstinencia, la limosna y la confesión, son prácticas penitenciales por excelencia en este tiempo. Las realizamos muchas veces con superficialidad por no haber entendido o profundizado en su sentido auténtico:
El ayuno que propone la Iglesia está lejos de ser algo fácil, o como tantas veces, se vea reducido a renunciar a una comida observando el peso y sus onzas. Eso sería malinterpretar el sentido del ayuno que debe contribuir a que se opere un cambio en toda la persona. Más que de comidas debemos hoy ayunar del hombre viejo, del pecado, de "nuestros caminos". Ya que el ayuno principal es la lucha contra el pecado en nosotros mismos. Es inútil privarnos de comida y no privarnos de nuestro deseo de venganza y odio.
La abstinencia, nos habla del sacrificio, de privarnos de algo con miras a acrecentar el control personal. Nos recuerda que existen muchas cosas no necesarias, incluso a nuestra salud. Que conviene analizar a la hora de plantearnos cual será nuestra renuncia.
Entendiendo estos sacrificios como muerte al pecado la abstinencia será un signo externo de lo que pasa internamente. El que se da todos los gustos y no se priva de nada en cuanto comida, diversión y placer no ha entrado en un ambiente de conversión. Mientras el que hace lo contrario, aunque sea modestamente, será un signo de nuestra vuelta a lo esencial de la vida: Dios y sus caminos.
La limosna. Otra dimensión del ayuno y la abstinencia es la caridad: ayunamos y renunciamos a algo para dar al prójimo. Lo que cada uno le quite a sus placeres, lo dé a quien lo necesite. Por eso en algunas Iglesias se coloca un caja para que cada fiel deposite lo que se abstuvo de gastar en alimentos, placeres y gustos.
Que nuestro ayuno, abstinencia y limosna quieran decir: "Misericordia compartida", pues a Dios no le agradan los sacrificios si no están proyectados en solidaridad humana.
La confesión es una de las más grandes expresiones del amor misericordioso de Dios, que aunque pecamos nos llama al arrepentimiento y a la vida de la gracia. En este día en oración vamos a prepararnos para dar el paso de acercarnos a este sacramento haciendo un examen de conciencia serio con miras a avanzar en este camino cuaresmal.
Normas sobre el ayuno y la abstinencia
Originalmente, ayunar se refiere a no comer alimentos sólidos, ordinariamente se prescribe el ayuno para un día completo y la abstinencia se refiere a dejar de comer cualquier tipo de carnes.
1. El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, son días de ayuno y abstinencia.
2. Todos los viernes de Cuaresma son días de abstinencia de carne. Pero el Episcopado Mexicano ha dispuesto que: "se puede suplir la abstinencia de carne, excepto la del Miércoles de Ceniza y Viernes Santo.
3. Sujeto de la ley del ayuno y la abstinencia:
- Abstinencia de carne: todos los que han cumplido 14 años. La ancianidad, por sí sola, no exime de esta ley de abstinencia.
- Ayuno: todos los que han cumplido 18 años, hasta el comienzo de los sesenta.
Lo más importante al hacer este tipo de prácticas es darle su sentido verdadero: por una parte someter la voluntad para fortalecerla con virtudes como la templanza, la sobriedad y la humildad y por otra, favorecer el ejercicio de la caridad, pues todos los sacrificios que se hacen deben apuntar a hacer un bien o un servicio al prójimo y a toda la Iglesia. Hacer sacrificios y penitencia por costumbre o porque todos lo hacen, no tiene sentido y no favorecen el crecimiento del hombre, que en conclusión es lo que se pretende.
¿Por qué se celebran los carnavales?
El carnaval se celebra durante los días previos al comienzo de la cuaresma, periodo de ayuno para muchos cristianos.
Antiguamente, el carnaval era una fiesta en la que se comía carne por última vez antes de que comenzara la cuaresma.
A finales del siglo XX el carnaval se convirtió en una fiesta pagana.
El carnaval, con el paso del tiempo, se ha convertido en una celebración pública que combina, disfraces, música, fiestas y desfiles por las calles.
Actualmente el carnaval se ha convertido en una fiesta popular de carácter lúdico.
Uno de los más famosos es el carnaval de Río de Janeiro (Brasil).
Contra el hambre cuidamos latierra
Nos damos cuenta que la actuación humana sobre la naturaleza ha conseguido grandes éxitos que permiten la mejora de la vida personal y social de hombres y pueblos, aunque también ha llegado a resultar abusiva y destructiva, lo que se manifiesta en la, cada vez más conocida y difundida, crisis ecológica que ya nos afecta.
Así esta problemática está reflejando que la situación precaria de la naturaleza tiene repercusiones en el ejercicio de derechos humanos fundamentales, como el derecho a la vida, la alimentación, la salud y el desarrollo, por lo que constituye una llamada para que todos los hombres y los pueblos revisemos nuestro uso de la creación.
Sin quedarnos en el lamento por la crisis ecológica, nos corresponde buscar y aportar una respuesta colectiva por la que cambiemos el actual modelo de desarrollo, ya que, en la medida que defendamos la tierra, estamos protegiendo al hombre y caminando para que todos puedan tener acceso, entre otros bienes, a la alimentación.
S.S. León XIII
S.S. San Pío X
S.S. Benedicto XV
S.S. Pío XI
S.S. Pío XII
S.S. Beato Juan XXIII
S.S. Pablo VI
S.S. Juan Pablo I
S.S. Juan Pablo II